Abandonando las redes sociales | ¿Cómo dejar Facebook? ¿por qué cerrar la cuenta de Instagram? ¿cómo abandonar o cambiar a WhatsApp? En este artículo vamos a hablar de ¿por qué hemos dejado de utilizar Facebook, Instagram y WhatsApp?, las plataformas digitales de Meta, antes Facebook. Y cuando digo “hemos” me refiero a mi compañía, mis unidades de negocios y yo, Carlos Cortés, a nivel personal.
Si no te interesa leer el artículo ya sea porque no te gusta leer o por que no tienes tiempo, te invito a ir a la parte final del documento y ver el video que relacionamos o escuchar el episodio del podcast Hablemos de Marketing con Carlos Cortés.
Pero para poder entender esta decisión, que cada vez más personas que conozco están tomando o de forma radical o parcialmente, debo ponerlos en contexto.
Antedecentes
Yo trabajo en marketing desde 1.994, año en el que inicié comercialmente los primeros proyectos, pero realmente un poco antes ya venía adelantando algunas iniciativas.
Yo soy de la generación de personas que vivió la guerra entre Internet Explorer y Netscape Navigator, de la generación que conoció a Altavista como el Google de la época, que usó Yahoo!, Geocities (plataforma que nació con el nombre de Beverly Hills Internet), Angelfire, Excite, Lycos, Infoseek, que se comunicó con clientes IRC como Trillian, usuarios de ICQ, MSN Messenger, AOL Instant Messenger, Google Buzz, soy de esa generación que utilizó el reproductor multimedia RealPlayer o que tuvo perfiles en redes sociales como Fotolog, Myspace, Flickr, Hi5, Orkut, entre otras tantas plataformas desde los años 90 hasta hoy.
Particularmente fuí uno de los testers de Facebook cuando estaba entrando en Latinoamérica y en esa época creé dentro de la red social el primer grupo de creativos colombianos al que le trabajé muchísimo durante meses para llegar a tener 5.000 miembros (estoy hablando de un naciente Facebook) y que luego de ese esfuerzo monumental Facebook cerró mi grupo por superar la cuota de 5.000 personas, sin posibilidad de conversar, sin posibilidad de apelar, simplemente de la noche a la mañana todo mi trabajo de meses desapareció y hoy todos sabemos que ese es el modus operandi que Facebook mantiene hasta la fecha.
Luego de esta mala experiencia decidí crear la primera red social de Latinoamérica llamada Creativos Colombianos, plataforma que operó por más de 10 años y que cerramos definitivamente en el año 2.015.
Podría profundizar por un buen rato en temas como que ayudé a diseñar los primeros diplomados de marketing digital en Colombia, que escribí el primer libro de marketing digital en mi país, que he creado varias plataformas de email marketing, social media marketing, analítica web, que tengo mi propia plataforma de educación y entrenamiento con más de 8.000 estudiantes a la fecha pero para efecto de dar contexto me sirve solamente mencionarlo.
¿Por qué dejamos de usar las redes sociales de Meta?
La mía con las redes sociales digitales y plataformas digitales, es una relación de amor y amor, no hay odio. Hace muchos años entendí que no hay una red social o plataforma buena ni mala, son solo herramientas, entidades inertes que cumplen su función a partir del momento en que se llenan de personas, de usuarios, y somos las personas, a partir del uso que les damos, las que las convertimos en herramientas nocivas o útiles para tal o cual fin.
La pieza publicitaria con la que acompañamos esta publicación tanto en nuestro website www.carloscortes.com.co como en nuestro canal de YouTube, muestra a una persona tirando un pesado cofre desde un bote al fondo del mar y una vez que lo hace, siente tranquilidad, alegría, se quita un peso de sus hombros. Ese cofre tiene los logos de Facebook, Instagram y Whatsapp.
Vamos a analizar algunos puntos relevantes de por qué dejamos de usar Facebook, Instagram y WhatsApp, pero antes les suelto una cuñita:
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Ahora si, ¿por qué dejamos las redes sociales de Meta?:
Punto N°1. Modus operandi.
Facebook, ahora Meta es una compañia mentirosa. Si esta organización fuera una persona segurísimo que no le generaría confianza a ninguno de nosotros porque no miraría a la cara, tendría un comportamiento sospechoso, observaríamos contradicciones permanentes en su proceder y cuando vea la oportunidad nos atacarían por la espalda.
Pese a que la mentira se ha venido normalizando en la vida de las personas a raiz de ser bombardeados tanto dentro como por fuera de Internet, por todos los flancos y por todos los medios con mentiras, contradicciones y revelaciones, si esto que hace Facebook lo hiciera alguien de nuestro círculo cercano de personas, ya lo habríamos expulsado a escobazos porque genera inestabilidad, desconfianza, malas sensaciones.
En nuestra empresa internamente nos preguntamos ¿por qué no hemos cancelado a Meta y sus plataformas si van en contra de todo aquello por lo que luchamos todos los días?, y la respuesta es, porque allí están todos nuestro amigos, familiares, clientes, proveedores, aliados. Esta también es la respuesta de muchos de ustedes al momento de intentar dejar estas plataformas. Más adelante les contaré qué y cómo lo estamos haciendo nosotros para no desconectarnos del todo.
Una búsqueda en Google con la frase “las mentiras de Facebook” puede ayudar a entender la realidad real pero en la descripción de esta publicación les dejaré un link a un documental en video llamado “Las mentiras de Facebook” que les ayudará a tener un contexto más sólido.
Punto N°2. Son un corral y nosotros el ganado.
Facebook, Instagram y WhatsApp, al igual que la mayoría de las plataformas digitales “gratuitas” y digo gratuitas entre comillas porque no lo son, allí se paga con la privacidad, se paga con la autorización de intromisión de estas empresas o herramientas en nuestras vidas, son plataformas diseñadas para que la gente no salga de ellas, para que la gente se estupidice y pase muchas horas allí, algo similar a como están diseñadas las experiencias en los casinos.
Cuando las personas nos damos cuenta que estas plataformas son un corral y nosotros ganado que entra voluntariamente, en lugar de reaccionar radical y concientemente optamos por el modus operandi de un alcohólico o de un drogadicto pensando “yo controlo” cuando ésta es una batalla que el individuo siempre termina perdiendo en el tiempo, a mediano o largo plazo.
El activo más importante de Facebook son los datos PERSONALES de sus usuarios. Entre más conozca Facebook a las reses en el corral, más posibilidades de hacer dinero tendrá.
Facebook, Instagram y WhatsApp nos usa como masa crítica para construir métricas y con dichas métricas generan dinero y ¿qué hay para la gente-métrica?. Muy poco, realmente muy poco porque las personas no cuentan, son números y esto suena agresivo pero es así, ¿cuántas páginas, perfiles o grupos han sido cerrados sin incumplir normas? ¿sin posibilidad de conversar? ¿con quién se habla cuando se necesita soporte o apoyo? Con nadie porque no hay alguien para la gente porque la gente-mética no importa, son un insumo para vender anuncios.
Es claro que Facebook está lleno de servicios digitales. Dichos servicios se comunican como “pensados para la gente” pero es falso, completamente falso porque al ser un corral, lo que se busca es que las personas pasen la mayor cantidad de tiempo sin salir usando dichos cebos o anzuelos con la esperanza de vender, salir de inventario, conseguir clientes, mejorar sus condiciones.
Punto N°3. Son vampiros de tiempo.
El punto anterior nos lleva a pensar que las redes sociales son vampiros de tiempo y que los creadores lo saben.
La persona que está leyendo este documento, viendo este video o escuchando este podcast debería hacerse esta pregunta, ¿qué es lo más importante que tengo en mi vida? No, no señor o señora, no es el carro, no es el trabajo, no son sus ahorros en el banco, es el tiempo. Lo más importante que usted y yo tenemos en nuestras vidas es el tiempo.
Estas compañías lo entienden perfectamente y van por eso, por lo más valioso que tenemos las personas que es el tiempo. Redes sociales como Facebook, Instagram o WhatsApp buscan comunicar que cumplen con su función pública, con su promesa comercial pero realmente, por debajo, el plan real está articulado para que las personas pierdan, mal inviertan, mal gasten su tiempo, incluso para extraviarnos si nos dejamos.
Como mucho hombres que leíamos en el baño, en alguna época me sentaba en la mañana pensando que iba a revisar las noticias o información importante para mi durante unos 15 minutos y el dolor en la espalda me hacía validar el tiempo dándome cuenta que había pasado más de 45 minutos allí.
Si entráramos a la casa de alguien que es un presunto violador, asesino o ladrón, muy seguramente lo haríamos con todas las precauciones del caso o no entraríamos. Pero Meta, a través de sus plataformas nos da todas las señales de ser poco confiable y nosotros estamos allí, en la casa del ladrón y sin ninguna precaución.
Punto N°4. La censura.
De forma particular y a través de amigos, conocidos y clientes vivimos la censura de Facebook, la cual se ha intensificado de forma radical y agresiva con el paso de los años. Al igual que en otras plataformas como Google o YouTube, en las redes de Meta no se pueden pronunciar ciertas palabras, no se pueden publicar ciertos contenidos, pero no hablamos de información malintencionada o aberrante, hablamos de aquello que se conversa con amigos en la sala de una casa, de aquello que se habla en la calle, hablamos de lo que pasa a nuestro alrededor. Esto desvirtúa la razón de ser original de las redes de Meta que era conectar a las personas.
Facebook es una máquina de vigilancia y el hecho que lo sepamos y no nos importe es cuando menos inquietante porque si alguien en la calle nos sigue de calle en calle y de tienda en tienda, muy seguramente se lo reportaremos a la policía pero con Meta y sus redes sociales no, ¿por qué?.
Las plataformas de Meta no son imparciales, toman partido en decisiones poíticas, sociales, que afectan a millones de personas y yo me pregunto ¿con qué autoridad lo hacen? si son simplemente una herramienta, una plataforma, una página web, una aplicación web. La autoridad de tenernos a todos allí todos los días usando sus servicios digitales. Ese es el argumento más importante para estar o irse, nosotros le damos el poder a las plataformas y si estas tiene un buen modus operandi y son justas, nos quedamos y si no lo son, nos deberíamos ir y pierden el poder.
Particularmente me gusta hablar de lo que me gusta hablar y no quiero que mi forma de pensar, sentir o vivir sea un argumento para ser censurado, no quiero que cada vez que publique contenidos con ciertas palabras las plataformas me adviertan cosas, no estoy dispuesto a aceptar esto. No quiero que YouTube me diga de qué puedo o no hablar y si hablo de algo que no les gusta me generen strikes hasta el punto de cerrarme mi canal, no quiero sentir que soy un ciudadano de China al que controlan como si fuera una propiedad.
Punto N°5. Los puntos rojos.
Las redes sociales son tramposas y las de Meta lo son aún más. Si hablamos que parte de su esencia es ser vampiros de tiempo, implementando estrategias, todas las habidas y por haber para que las personas nos quedemos a vivir allí, para que nuestras vidas se articulen a su alrededor, pues los puntos rojos son una parte fundamental de la estrategia.
¿Qué son los puntos rojos?
Las redes sociales y plataformas digitales muestran puntos rojos como una notificación visual, para indicarnos, por ejemplo que tenemos un mensaje sin ver, un Match sin ver, un contenido sin leer pero en muchos casos cuando damos click no existe tal mensaje, contenido o Match sin leer. Los puntos rojos se usan realmente para generar ansiedad más que para informar, las personas nos acostumbramos a no querer ver esos puntos rojos porque nos genera la sensación de incompletud, es como tener tareas pendientes pero queremos estar al día.
Las redes sociales tienen muchos procedimientos LARGOS que no modifican, que no cambian porque están diseñados para quedarse con nuestro tiempo.
Punto N°6. Nos escuchan.
De no ser porque me ha pasado no una, ni dos, ni tres sino muchas veces con Facebook, creería que es una de esas locas teorías de conspiración. Teniendo el móvil cerca, he conversado con personas sobre temas de los que no suelo hablar, incluso de temas que realmente poco me interesan, que no forman parte de mi día a día y un día después Meta en sus plataformas me muestra anuncios sobre este tema.
Cuando algo así sucede una sola vez y no estamos atentos pareciera una coincidencia pero cuando sucede una vez tras otra, incluso con el micrófono del móvil bloqueado, ya no es una coincidencia, ya hay un patrón y una intención evidente.
Con el equipo de mi agencia hemos hecho pruebas concientes frente a nuestros móviles, hablando durante más de una hora sobre temas que no tienen absolutamente nada que ver con los contenidos que producimos o consumimos para validar uno o varios días después que las plataformas de Meta nos sugieren o presentan directamente contenidos, información asociada a las conversaciones que sostuvimos.
En las conversaciones con expecialistas en seguridad informática o hackers he escuchado recomendaciones como comprar móviles a los cuales se les pueda quitar la batería, algo que hoy por hoy es difícil de encontrar porque a casi ninguna referencia se le puede extraer fácilmente la batería como sí sucedía en el pasado. Pareciera que todo está conectado.
Facebook, Instagram y WhatsApp de ninguna manera debería poder estar interconectadas entre ellas y los pixeles deberían estar prohibidos junto a muchas otras herramientas y técnicas de rastreo que se venden como buenas para el usuario, como servicios útiles para acceder rápidamente a un website o para comunicarse. Meta no tiene esa intención sino la obtención de datos de las personas e incluso la georreferenciación de personas.
Punto N°7. Facturación.
Las redes sociales digitales son entidades inertes, sin gente no existirían, las redes sociales digitales no tienen que funcionar sino que nosotros debemos hacerlas funcionar. Partiendo de esta premisa, nuestra empresa ha concentrado esfuerzos en las plataformas que de momento entendemos como útiles para nuestra estrategia y redujimos la presencia en aquellas que no nos interesan.
Para las personas que nos escuchan en el podcast Hablemos de Marketing con Carlos Cortés, el cual pueden encontrar en Spotify, les cuento que en este momento estoy viendo una gráfica de pie o de torta en la cual muestro información estratégica en donde el 31% de la facturación de una de nuestras unidades de negocio obedece a recompra, el 28% a referidos, el 18% a Google, el 9% a YouTube, el 7% a Newsletters, el 5% a Foros, el 1% a Meta y sus plataformas, el 0,8% a nuestro antiguo podcast y el 0,2% a la operación en Telegram.
Cancelamos las plataformas de Meta para asignar ese tiempo y presupuesto a aquellas plataformas que deseamos fortalecer.
¿Cómo salirse de Facebook, Instagram y WhatsApp?
He escuchado testimonios de personas que han sido maltratadas por sus parejas pero no tomaban la decisión de irse por miedo, por dependencia económica, por muchas otras razones y cuando dan ese gran paso, su vida mejora. Sé que no es así de simplista como lo estoy presentando porque hay muchas variables en juego pero uso esta ilustración para ejemplificar.
Si entiendo que algo me hace daño, busco corregirlo o cancelarlo. Nosotros como organización, más allá del servicio que prestan las plataformas, que tampoco es una gran maravilla, vimos que estábamos contruyendo hábitos nocivos, generando dependencia, desarrollando ansiedades estúpidas porque ven o no ven una historia o estado, llenándonos de sentimientos negativos como envidia a partir de exponernos a la vida de otros, en fin, algunos pros muy evidentes y muchos contras que no se identificaban fácilmente como algo negativo por lo que no tomábamos la decisión de irnos.
Tal y como se deja de beber o de consumir algo que nos hace daño, ubicamos el lugar de caida y saltamos. Así nos hemos ido de Facebook, Instagram y WhatsApp.
Ahora, la gente que nos quiere como nuestros familiares y amigos buscarán estar cerca de nosotros, buscarán no perdernos el rastro digital haciendo el esfuerzo y todos aquellos para quienes no somos importantes, ni se darán cuenta de que nos hemos ido, un peso menos en la espalda digital. Mejor cien que sirven para algo que mil que no sirven para nada.
Para no desconectarnos del todo seguimos revisando estas redes sociales digitales una o dos veces por semana pero con el tiempo dejaremos de hacerlo.
¿Qué es lo que busco al cerrar Facebook, Instagram y WhatsApp?
Como lo que busco es tranquilidad, esta es una decisión de la que no me he arrepentido hasta la fecha. Al principio se genera ansiedad pero poco a poco la sensación cambia.
Como lo que busco es facturación y para mi estrategia las plataformas de Meta eran un lastre como lo expliqué anteriormente, optimizamos la inversión de tiempo y de dinero.
Como lo que busco es construcción de imágenes altamente eficientes, esto lo puedo hacer de muchas formas y en cualquier lugar y Facebook, Instagram o WhatsApp no son necesarios para lograrlo.
Video Abandonando las redes sociales
Escucha el podcast Hablemos de Marketing digital con Carlos Cortés.