Con la llegada de los años llegan los miedos, miedo a perder lo que se ha construido, un empleo, propiedades, gente, una posición. Hoy, mi querido veinteañero, es el momento de arriesgar jugando todas las fichas a sus sueños, a lo que lo trasnocha, a lo que lo hace vibrar. Aproveche los caballos de fuerza de sobra que tiene en el motor para hacer, hacer y hacer porque cada primavera futura podría estar recordando con nostalgia lo que pudo ser y hacer. El éxito y las miserias de mañana, nacen hoy.
– Carlos Cortés –