No incluyo a Twitter dentro de mi estrategia porque es una red social con la cual no comparto valores de marca y con muy poca frecuencia publico algo allí y hoy veo que estoy siguiendo 123 cuentas en esa red social, quiero ver quiénes son a los que estoy siguiendo para entender por qué los sigo. Hago esto porque las personas, incluyéndome, nos estamos volviendo muy laxas con los filtros que aplicamos en nuestras vidas, dejamos entrar personas que no se lo merecen, marcas que no comparten nuestro ADN, estamos llenándonos de ruido e incluso convirtiendo en dioses a modernos becerros de oro digitales, similar a como sucedió en la época de Moisés.
No hay que ir muy lejos para darse cuenta de ello, cuando una persona pasa horas y horas detrás de una pantalla de un tablet jugando Candy Crush o cualquier otra aplicación envolvente, esclavizante, cuando una persona pasa horas y horas todos los días viendo el mismo canal de novelas, entrampado ventaniando la miseria humana. Y justo en este momento se me viene a la mente un pensamiento de Vargas Llosa cuando Andrés Oppenheimer en una entrevista le preguntaba si las revistas del corazón son contenido basura, ¿son malas para las personas?, a lo que Vargasllosa respondía que las personas necesitamos entretenimiento, es absolutamente necesario en muestras vidas y que efectivamente ese tipo de contenido liviano no es malo porque actúa como un bálsamo, es refrescante pero se convierte en algo negativo cuando es lo único que estamos consumiendo porque es tan liviano que no le aporta absolutamente nada al intelecto, igual que las novelas de televisión. Así es que, en muchos casos, estamos convirtiendo nuestras vidas en eso, en entretenimiento, nos estamos convirtiendo en ventaneandores de los otros.
Éstas cuentas que estoy eliminando ¿son necesarias en mi vida? Claro que no, todos estos gremios, personas y organizaciones producen contenido que para mí son simplemente ruido, información que no es relevante, datos, fotos, eventos de los que muchos otros están publicando, fácil de encontrar, simplemente basura para mí, pero para otros puede ser maná caído del cielo digital.
Definitivamente hay que dejar de llenar la vida con tanto ruido, tanta información que informa pero que no sirve para absolutamente nada, que no me aporta a la vida, estar informado de un montón de tonterías no me hace más feliz o más inteligente o más capaz de nada, por el contrario, llena mi cabeza de dudas, de miedos, de realidad, de una realidad que no he construido yo sino otros, de una realidad que en muchos casos no quiero que se construya de esa manera y que lucho desde mi andén para que se haga de otra forma.
¿Por qué sigo a éste, a éste, a ésta o a ésta? Cuando reviso bien, me doy cuenta que no tengo un argumento sólido para hacerlo, encuentro marcas personales y corporativas que empecé a seguir porque alguna vez leí una publicación que me gustó pero no es un argumento suficiente para que estén aquí en mi vida, por eso chao; ¿porque el avatar me pareció atractivo?, no puedo ser tan idiota, realmente no lo soy, ¿porque los ví en un programa de televisión y sentí la necesidad de seguirlos? conmigo no sucede eso porque no veo casi televisión; hoy yo y seguramente en algún momento ustedes vamos a tener que tomar la decisión de quedarnos solamente con aquello que realmente nos aporta y dejar ir o sacar a escobazos de nuestros timelines todo lo que según nuestro criterio es mugre digital. Si yo no protejo mi cabeza ¿quién lo va a hacer por mi?.
#SinRuidoEnMiVida