Las tags son las etiquetas o palabras claves con las que se marcan contenidos en Internet buscando sacarlos del ruido comunicacional en que están sumergidas todas las publicaciones web.
¿Recuerdan a las fichas bibliográficas en las bibliotecas? aquellas que contienen información que nos permite ubicar un documento en el mar de estanterías, entre cientos, miles o millones de libros y documentos. Ok, eso son las tags o etiquetas en Internet, una herramienta que nos permite localizar temas concretos y a los lectores o participantes de estos temas, para potenciar, agilizar el acceso a la información de forma temática. En Internet existen grandes posibilidades de etiquetamiento de objetos, de contenidos.
El origen
Hablar de tags o etiquetas hoy no es hablar de algo inusual o ajeno al común de las personas, todos nosotros, ya que los medios de comunicación han masificado, no sólo el uso de la herramienta sino del término hashtag. Cuando hablamos de hashtag (la etiqueta precedida de numeral, por ejemplo, #SocialMedia), obligatoriamente debemos ubicarnos en Twitter ya que esta red social fué quien popularizó su uso y solucionó de paso el no pequeño inconveniente de darle orden a la información en la incipiente red social Twttr de los inicios.
El uso de hashtags es anterior a Twitter, de hecho, el símbolo de numeral precediendo un término lo usábamos en IRC (Internet Relay Chat) para diferenciar los canales de conversación donde un grupo de personas hablaban del mismo tema.
En Agosto del año 2007, muchos años después de haber vivido el uso de estas etiquetas en IRC, Chris Messina, un empleado de Google propone su implementación en un tuit, siendo aceptada por los creadores de Twitter y afectando el crecimiento y orden de la red social desde el mismo momento de su implementación.
No todas las etiquetas son hashtags
Etiquetar contenidos debe convertirse en un hábito, uno bueno ya que cuando lo hacemos le estamos dando orden al contenido y/o sumándolo a una categoría o línea temática pero, cuando pensamos en etiquetar contenidos para Internet, ¿en qué pensamos?, obviamente en marcar con términos clave los contenidos. Con esta razón por delante podríamos evaluar si poner un nombre estratégico a una imagen que publicamos en un post de nuestro blog es etiquetar o no, y para ello podríamos preguntarnos si es lo mismo nombrar de forma estratégica las imágenes que publicamos en nuestro sitio que usar los nombres tal cual como salen de la cámara digital; esto mismo para los videos, archivos descargables y contenidos multimedia.
Claro que no es lo mismo y se puede comprobar haciendo la búsqueda en Google Imágenes, por ejemplo, una vez se haya desarrollado el hábito, ya que el buscador, muy seguramente nos presentará resultados a favor del contenido esperado.
Por lo tanto, pensar en términos claves y llevarlos a los distintos tipos de contenidos que usamos en el día a día para comunicar, efectivamente forma parte del buen hábito de etiquetar.
El poder de etiquetar
En todos los escenarios de nuestra vida, crear hábitos – comportamientos que se repiten de forma regular – es fundamental y en digital no es distinto. Etiquetar contenidos no sólo nos permite hacerlos visibles entre la maraña online sino que nos ayuda a entrenar la mente en una forma de pensar concreta, al igual que ayuda a que Google voltee su gran ojo y nos observe con cierta frecuencia.
Darse una vuelta por cualquier red social nos ilustra claramente lo arraigado del habíto de etiquetamiento de contenidos en las personas donde Twitter e Instagram pueden ser los recursos donde se evidencia con mayor intensidad. No hay que darle muchas vueltas, el #CIUDADANODIGITAL lo ha adoptado y no va a cambiar, por el contrario, con el pasar del tiempo será cada vez mas común. Hoy podemos ver hashtags en las etiquetas de productos en los anaqueles de los supermercados, en las marquillas de la ropa, incluso en el cuerpo de personas de forma temporal o permanente.
Bienvenidos a TAGSLAND!
¿De qué manera estamos etiquetando contenidos?