La fórmula es simple: si usted vive de la voz, cuide y entrene la voz; si vive de sus ideas, cuide y entrene su mente, si vive de su cuerpo, pues cuide y entrene su cuerpo. Siempre cuide y entrene aquello que le ayuda a lograr el lugar que cree que se merece en la vida de los demás.