…y vi como mi Padre se fué quedando sin aliento día tras día y la vida se le escapaba. Luchó para respirar, también para que la vida lo respirara pero se fué apagando lentamente, no pude entender a tiempo lo que leía y ahora me doy cuenta que era la última página del libro de su vida.
La vida es muy corta para perderse grandes momentos, para abrazar y dejarse abrazar.
– Carlos Cortés –