Algo que normalmente hacen las personas y las compañías en digital es construir audiencias en distintos puntos de contacto y acercar su propuesta de comunicación a las audiencias y en cada uno de estos puntos de contacto, medir los resultados y atender las solicitudes que se presenten.
Haciendo una lectura distinta e incluso lógica pero basada en un modelo de inbound marketing podemos hacer lo mismo pero distinto obteniendo distintos resultados. Esto quiere decir, ver el sitio web como un landingpage o página de caída de la estrategia pero, sobretodo, como la oficina en Internet. Si todos los días tenemos rutinas y actividades entorno a la oficina física, de la misma manera debemos tener actividades y rutinas entorno a la oficina online.
Canalizando nuestros esfuerzos en los mismos puntos de contacto pero buscando que las conversaciones poco a poco se vayan construyendo entorno a los contenidos y la experiencia que se ofrece en el landingpage, podemos formar hábitos tanto en el equipo que opera como en la audiencia. Un ejemplo de ello es cómo las personas buscan a Adriana Taufik en mi sitio web y cómo Adriana ha construido conversaciones diariamente con los visitantes a la oficina online, atendiendo entre 50 y 70 personas diarias en época de campañas y en ese ir y venir de conversaciones, seduce a la audiencia, ayuda, apoya, obsequia y vende.
De toda esta operación del día a día siempre es útil quedar con la traza del comportamiento del consumidor pero con nombre propio, o sea, saber qué hace y qué no hace el cliente o el visitante a nuestro punto de venta online y mantener un histórico de ese comportamiento. El conocimiento del individuo da argumentos que cuando salen a flote en la conversación, ayudan a fortalecer los vínculos con la marca.
Particularmente me inquieta mucho que las compañías no logran entender en dónde están los charcos donde están sus peces en digital porque no son buenos observadores y mucho menos inquietos y creativos en el proceso de encontrar mecanismos que les permitan acercar su mensaje a quien realmente quiere escucharlo.
En el momento en que los ubiquen, a los charcos, iniciarán una dinámica de marketing muy distinta a basarse solamente en su Facebook Likepage, su cuenta de Twitter o su página de Google+. El sitio web cobrará aún mayor importancia porque entenderán que es allí donde se vive la experiencia de marca completa, donde se hacen las mediciones, pero sobre todo, donde se construyen las conversaciones diarias que harán que esos objetivos trazados sean alcanzados.
Todo esto forma parte de una metodología que les permitirá a las personas y compañías convertir conversaciones en dinero y seguidores en clientes.