Esta es mi visión de por qué hoy no me dan ganas de ver al Real Madrid y si al Barcelona o al Atlético de Madrid.
EL REAL MADRID. UNA MÁQUINA DE HACER DINERO, SIN MAGIA
El Real Madrid tiene una nómina ridículamente costosa, el actual presidente del Club se ha enfocado en producir, comprar, vender (como cualquier Pyme), en armar equipos de la forma más mañosa posible (como un niñito aburrido que no sabe en qué gastarse la mesada que le han dado) pero no se ha esforzado – o por lo menos no es evidente – en crear magia, mística a partir de los valores de marca de la institución y trasladárselos a cada persona, desde quien contesta el teléfono hasta el técnico y jugadores. En la cancha vemos partido tras partido un montón de princesas que no corren, no se tiran al piso, que no se ayudan entre ellos, no se ve amor por la camiseta sino cumplidores de tareas, personas que buscan no quedar mal cada uno, sobresalir, relucir individualmente y eso que es negativo termina siendo lo que los salva y sostiene cada fin de semana.
En la familia Gonzáles hay patrones que fácilmente los ayuda a ser identificados o sobresalir en medio de otros, esos patrones los hace especiales, únicos. De la misma forma que con los González, los valores que el modus operandi de Florentino Pérez comunica se ven también en la cancha, cuando cada jugador toma decisiones de forma egoísta creyendo que tiene la verdad absoluta.
EL BARCELONA. GRAN INSTITUCIÓN Y GRAN EQUIPO
El Barcelona es el otro extremo, un equipo que vive, piensa y actúa como equipo, completamente consecuente entre lo predica y lo que practica. Este es un equipo armado con mas inteligencia y menos dinero, pensándose como una cadena de engranajes que hacen mover un todo. No hay que ser un genio para entender que en cada fichaje buscan, más que vender camisetas, potenciar al conjunto. Es maravilloso ver un equipo que cuando las cámaras enfocan a los jugadores, se evidencia que son equipo y que éste es más grande que el individuo.
En las declaraciones de los jugadores se proyecta un poco o mucho del momento individual y del conjunto y pese a que hay desaciertos, los valores de marca se han inyectado intravenosamente en cada jugador hasta el punto de lograr desgaminizar a Neymar Jr. o a Luis Suárez (todo un logro).
EL ATLÉTICO DE MADRID. OBREROS TALENTOSOS DIRIGIDOS POR UN GRAN ARQUITECTO
El Atlético de Madrid es todo un fenómeno, en la presente comparación está justo en la mitad del Real Madrid y del Barcelona. Este es un equipo con menos dinero, menos talento pero gran alma. El técnico es “culpable” indiscutido de lograr mucho con poco, culpable de armar con menos lo mejor posible. Los tres equipos tiene buenos y malos momentos pero al final, cuando se ve el uniforme de los jugadores del Atlético o del Barca, se ve ropa sucia, sudada, con pedazos de tierra o pasto producto del esfuerzo, los del Real Madrid, blancos como Cenicienta en medio de una fiesta, con sus zapatillas de cristal.
Con respecto al equipo blanco, del cual soy hincha, mi percepción es que el presidente da un muy mal ejemplo en su forma de hacer las cosas y el mimetismo del líder baja a todas las esferas como cuando el padre en la mesa siempre eructa y los hijos oyen hasta que ya no sólo él lo hace sino que sus hijos también.